Fotones y ADN

Hace un siglo, Albert Einstein, resolvió una paradoja aparente en la teoría de la fotoemisión al afirmar que la luz no estaba compuesta por ondas, sino por partículas denominadas fotones.

 

En el año 1995 los científicos Poponin y Gariaev descubrieron algo del ser humano insospechado: vaciaron tubos de ensayo y dejaron solo partículas fotónicas (de luz). Estas partículas estaban desordenadas. Al introducir ADN los fotones comenzaron a ordenarse. La sorpresa fue aún mayor cuando quitaron el ADN y observaron que los fotones *seguían alineados* como sin una fuerza o energía los mantuviera. Este experimento se llamó " ADN fantasma" y fue el puntapié inicial de las curaciones alternativas.

 

 

En el año 1997 en la Universidad de Ginebra, Suiza se llevó a cabo un experimento con partículas. Quien estuvo a cargo fue el físico Nicholas Gisin quien ordenó a su equipo dividir en 2 un átomo. Se creó un par de átomos mellizos. Luego cada uno fue puesto en distintos túneles en un acelerador cuántico. La sorpresa es que en un momento del trayecto los átomos individuales debían tomar un camino bifurcado.

 

 

Estando a 22 kilómetros de distancia uno de los átomos mellizos giró a un lado y el otro también, como si fueran conscientes y estuvieran conectados. Se repitió la prueba y el resultado fue el mismo. A esto se le llamó " entrelazamiento cuántico". Si 2 átomos "inertes" están unidos de por vida.... cuánto más las personas estamos ligadas unas a otras a pesar del tiempo y el espacio! Esta es una de las más extraordinarias enseñanzas que existe desde siempre en los pueblos originarios y que está siendo redescubierta por la ciencia moderna. 

 

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© Jose Miguel Arguix Moreno