Maquinas del Cerebro

Los científicos han comprobado que cada estado mental (miedo, tristeza, amor, agresividad...) está asociado a una específica actividad eléctrica y química del cerebro. Esta actividad puede ser alterada y controlada mediante estímulos externos, incluyendo sonidos, luces, campos electromagnéticos y movimientos físicos. Existen aparatos mecánicos que pueden dirigir estos estímulos hacia áreas concretas del cerebro y producir estados mentales específicos tales como: euforia, recuerdos de experiencias alejadas en el tiempo, concentración profunda o creatividad intensa.

El primer aparato de este tipo, conocido como sincro-energizer S/E y diseñado por el doctor Gorges, psiquiatra y neurólogo de Cleveland, después de treinta años de investigación, constituye una poderosa ayuda contra el estrés y mejora extraordinariamente la memoria. Toda una generación de nuevos prototipos ha surgido después, entré ellos el popular MC2, que altera y controla los estados físicos y mentales del individuo, induciendo una pauta ajustable a través del cerebro.

Con el descubrimiento en los años 60 de que los hemisferios derecho e izquierdo operan independientemente, los científicos comprobaron que sólo utilizamos una parte del cerebro, y fluctuando de un hemisferio a otro según la actividad que realicemos. Cada hemisferio recoge la misma información sensorial, pero la maneja de diferente modo, como si se utilizaran dos programas distintos de computadora.

El hemisferio izquierdo, dominante en casi todas las personas, codifica la información en forma verbal y utiliza un tratamiento lógico y analítico para llegar a una conclusión razonable.

El hemisferio derecho, no dominante, realiza una síntesis holística a través de la intuición, sin utilizar el razonamiento deductivo. Pero el hemisferio dominante controla el pensamiento casi todo el tiempo. ¿Cuáles serían los resultados, se preguntaron los científicos, si utilizáramos todo el poder de la mente simultáneamente?.

La respuesta llegó una década después: los neurólogos descubrieron que cuando las personas entran en estado de meditación (un estado de extraordinaria claridad mental acompañada de profunda relajación), los dos hemisferios cerebrales funcionan de manera sincrónica y armoniosa. Esta poco frecuente hiper sincronía parece explicar los beneficiosos efectos de la meditación: los meditadores avanzados piensan con todo el cerebro, y sólo ellos pueden reproducir este estado con su voluntad.


EL EFECTO FFR

Más tarde llegó el descubrimiento de que ciertas ondas electrónica sonoras causan una respuesta de igual frecuencia en las ondas cerebrales: el cerebro responde a una señal audible reproduciéndola, sincronizándose a ella. A este efecto se le conoce como Frecuency Following Response (F. F. R.).

Esto fue algo revolucionario. Debido a que las frecuencias de ondas cerebrales (como las bien reconocidas ondas alfa) producen estados físicos y mentales específicos, uno puede colocarse unos auriculares, girar un botón selector de frecuencia, e instantáneamente evocar recuerdos vividos o un estado de alerta y concentración. Combinando sonido y luz rítmicamente, el doctor Gorges vio que el efecto se potenciaba, produciendo una sincronización cerebral rápida, acompañada por una corriente de imágenes brillantes y emotivas.

Lo que el MC2 hace es poner en armonía todas las partes del cerebro, no sólo el intuitivo hemisferio derecho o el sobre estimulado y analítico izquierdo. El resultado es claridad mental, mayor eficacia y un estado de bienestar.

El aparato combina frecuencias de sonido y luz, mediante luces intermitentes y sonidos pulsantes. Interpreta un ritmo de ondas para el cerebro y este responde al estímulo creando un espectáculo de luces y sonido. Las culturas y pueblos más antiguos utilizaban en sus rituales señales acústicas procedentes de sus instrumentos musicales junto a impulsos visuales originados por danzas con fuego. En India y China los monjes colocaban a sus discípulos entre dos campanillas que sonaban rítmicamente y simultáneamente dirigían a sus ojos rayos luminosos de sol mediante un sistema de espejos. Un efecto similar tenían los rituales con tambores: el ritmo de los tambores llenaba el aire con ondas acústicas de una frecuencia determinada, y el chamán bailaba hasta que su conciencia llegaba a ser una con los tambores y caía en trance.

Michael Hutchinson
 
(Creador de los Megabrain)

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© Jose Miguel Arguix Moreno