Función de los fotones en la vida

- Comunicación celular a través de luz: el legado de Fritz Albert Popp

En la década de 1980, el biofísico alemán Fritz Albert Popp confirmó un descubrimiento revolucionario: todas las células vivas emiten una luz ultra débil compuesta por fotones. Esta emisión, conocida como biofotones, permite que las células se comuniquen entre sí mediante patrones de luz coherente.

Las células no solo irradian luz, sino que lo hacen de forma ordenada, generando interferencias específicas en determinadas longitudes de onda. Esta interferencia actúa como un lenguaje vibracional: las células amplifican las ondas que utilizan para comunicarse y, en ocasiones, las cancelan entre sí, creando espacios de silencio. En ese estado de quietud, cualquier mínima perturbación se percibe como una señal clara. Estas observaciones son fruto de décadas de investigación en el Instituto de Popp.

- Comunicación más allá de las especies

Dado que los fotones son universales —idénticos en humanos, animales y plantas— este modelo sugiere la posibilidad de comunicación entre seres vivos de distintos reinos. Así se abre una nueva perspectiva sobre la conexión entre humanos y árboles, o entre personas y sus mascotas, basada en un lenguaje de luz compartido.

⚛️ Biofotones: el lenguaje invisible de la vida

Cada célula realiza más de mil reacciones químicas por segundo. Para que estas ocurran en el momento y lugar precisos, se requiere una coordinación exquisita. Esta sincronización se logra gracias a los biofotones, que transmiten información de forma coherente y eficiente. Aunque estas ondas electromagnéticas pertenecen al espectro de la luz, su intensidad es tan baja que los instrumentos actuales apenas logran detectarlas.

El ADN y el núcleo celular actúan como emisores y receptores de esta luz, almacenándola y liberándola constantemente. Así, todas las células de un organismo se mantienen en comunicación continua. Algunos estudios sugieren incluso que podría existir una red de comunicación global entre todos los seres vivos de la biosfera. Esto explicaría fenómenos como la reacción colectiva de los árboles ante el peligro o la profunda conexión emocional entre humanos y animales.

Óptica celular: la chispa que activa la vida

Para que se produzca una reacción química, uno de sus componentes debe ser estimulado por ondas electromagnéticas: se necesita un fotón. En sistemas biológicos, esta excitación no depende del calor, como en los procesos físicos tradicionales, sino de los biofotones. Basta una pequeña cantidad para activar una reacción, y el fotón liberado puede ser reutilizado, manteniéndose disponible en el campo biofotónico.

Este campo, íntimamente ligado a la materia bioquímica, forma una unidad inseparable: comprender uno implica entender al otro. Aunque su estudio es complejo debido a su baja amplitud, en 1981 Popp logró medir esta emisión utilizando fotomultiplicadores, demostrando que el ADN es una fuente —posiblemente la principal— de radiación celular ultra débil. Investigadores rusos han confirmado estos hallazgos, consolidando la base científica de una nueva visión sobre la vida y la salud.

 
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© Jose Miguel Arguix Moreno